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ESPECIFICACION DEL EGO ANIMAL



 

 Rostro. Aparece con mascarilla.

 

Orejas. En esa forma nos indican que hay que saber escuchar las enseñanzas, la Palabra, saber poner atención a lo que se nos está diciendo.

 

Manos. Esta actitud es muy conocida entre los grandes iniciados, así en la forma que aparecen en esta estela, manos sobre el pecho, dedos tocándose entre sí, se usa mucho para la meditación.

 

En el centro del pecho hay un punto magnético, conocido en Kabala hebraica con el nombre de Tiphereth, la región del alma. Razón de sobra para que estos deidusos lleven las manos sobre el pecho en actitud clara de meditación.

 

Cetro. Es una especie de barra formidable, tosca, pesada, con dos alas laterales, que nos da la idea del caduceo de mercurio de los sabios. En otras palabras, las dos fuerzas positiva y negativa.

 

La barra, en sí misma, representa a la tercera fuerza, la energía creadora, que es la que puede llevarnos a la autorrealización íntima del Ser, la que sirve para la Gran Obra.

 

El cetro da también la idea de un hacha de doble filo. Me viene a la memoria en estos instantes, el caso del que se habla en esoterismo, aquél de los "hermafroditas leñadores". Es una orden de andróginos perfectos, o ífolios.

 

Se llaman leñadores porque con el hacha quebrantan árboles que personifican o tipifican, o bien simbolizan, nuestros errores del pasado (aclaramos y entiéndase bien que no hablamos aquí de los degenerados homosexuales actuales, sino de andróginos perfectos).

 

Hallamos en esta piedra una vivísima ilustración del trabajo a realizar en uno mismo, en la desintegración del ego.

 

Vemos aquí con entera claridad meridiana la doctrina hebraíca de Judas Iscaríote: la desintegración del ego.

 

Judas Iscariote no es como muchos piensan, un hombre que traicionó a su Maestro. No.

 

¡Judas Iscariote hizo un papel enseñado por su mismo Maestro y nada más! El mismo Jesús de Nazareth lo preparó y Judas lo aprendió de memoria y lo representó a conciencia, públicamente.

 

La doctrina de Judas significa la eliminación de todos los agregados psicológicos, muerte del ego.

 

Por esa razón Judas se ahorca para indicar que el ego debe reducirse a cenizas.

 

Judas representó un papel y nada más. Se preparó a conciencia para no contradecir en nada a las Sagradas Escrituras, lo ensayó varias veces antes de hacerlo públicamente. Como un comediante que hace un papel y nada más.

 

Judas era y sigue siendo el discípulo más exaltado de Jesús de Nazareth. Y logró la cristificación.

 

Se pueden ver en esta estela algunas figuras de animales, viva representación de nuestros errores de tipo psicológico.

 

Hay urgente necesidad de trabajar en la muerte del ego para liberar a la esencia, la conciencia, el budhata.

 

Mitra. Está bastante destruida, pero da la idea de las tres fuerzas: el santo afirmar, el santo negar y el santo conciliar.

 

DESCRIPCION DE LA ESTELA "B"

TLALOC MAYA

 

 Esta figura muestra a Tláloc, dios de la lluvia.

 

Mitra. El simple hecho de llevarla nos habla claro del gran sacerdocio, un iniciado, un gran sacerdote.

 

Manos. En esa actitud nos están indicando la región de Tiphereth. Hay necesidad de orientar las energías hacia adentro y hacia arriba.

 

El pectoral en la zona de Tiphereth, en el centro del pecho, con dos ángulos hacia arriba, hacia las mejillas, nos indica que debemos poner atención al fondo anímico del Ser, que es lo que realmente cuenta.

 

Los mayas conocieron a fondo los misterios esotéricos, cada escultura por sí misma lo está indicando.

 

A los lados podemos apreciar las guacamayas, claro símbolo de la castidad. Las guacamayas representan también al azufre y al mercurio de los sabios.

 

Para explicar mejor lo del azufre y del mercurio, les diré que el esperma sagrado debe transmutarse en energía creadora, que impregnada de fuego o haciéndose una con el fuego, sube por la espina dorsal. Esa es la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes.

 

Todo el trabajo está en el mercurio y el azufre, sin ellos no se puede hacer la Gran Obra.

 

En esta estela se representan muy bien el azufre y el mercurio por el par de guacamayas. Podemos ver que los que tallaron estas piedras sabían lo que estaban haciendo. Conocían a fondo la cultura esotérica. Fueron hechas por iniciados.

 

En otras culturas se representan en forma distinta, por ejemplo, por el unicornio y el caballo, por el águila y la zorra, por los dos peces de la constelación de Piscis, por los dos colosos de Rodas, etc., etc. Todas estas alegorías no son más que el azufre y el mercurio de los que tanto hablan los alquimistas de la Edad Media.

 

El mercurio es el alma metálica del exiohehari, el alma metálica del esperma sagrado, que debe recibir al fuego para subir. Es el mercurio azufrado, que sube por el canal medular espinal abriendo los chacras, centros magnéticos del ser humano.

 

El excedente del mercurio azufrado cristaliza en el cuerpo astral, da vida al cuerpo astral. Más tarde cristaliza en el cuerpo mental y por último cristaliza en el cuerpo causal o de la voluntad consciente.

 

Quien posee un cuerpo físico, un astral, un mental, un causal solar, recibe los principios anímicos y espirituales y se convierte en un hombre verdadero. Antes de eso, se es animal intelectual, falsamente llamado hombre.

 

Se parece al hombre en cuanto al cuerpo físico, al rostro, a la figura, pero si se observan sus procesos psicológicos, si se comparan los procesos psicológicos de un hombre con los de un animal intelectual, se encuentra que son completamente diferentes, totalmente distintos.

 

Así pues, el mercurio y el azufre están representados de alguna manera en los textos sagrados de las culturas antiguas. Aquí en la estela "B", fueron representados por las dos guacamayas, también símbolos de la castidad,

 

El cetro está colocado sabiamente en el centro.

 

Se ve un rostro indefinido, extraño, raro, colocado en la parte superior del cetro, como para indicar la maravillosa fuerza neutral o tercera fuerza.

 

El cetro, orientándose hacia la cintura, hacia Hod y Jesod, nos habla en términos hebraicos de la fuerza neutralizante. Esta tercera fuerza es la que realmente hay que aprender a manejar, aprender a dirigir, porque es la que da el poder.

 

En el Apocalipsis, los dos testigos están a los lados de la espina dorsal, pero la tercera fuerza está al centro.

 

Los dos testigos ponen en actividad a la tercera fuerza, el rayo sagrado del Kundalini. El cetro de mando pertenece a la tercera fuerza. Aquí, en esta estela, está muy bien explicado con ese rostro tan extraño, tan neutral.

 

El cincelado de esta piedra es extraordinario, de una perfección admirable.

 

Piedras tan ricas como éstas no se compran ni con todo el oro del mundo, Como trabajo artístico son impresionantes, al mismo tiempo de la figura dan la idea de un manto.

 

Parte posterior de la estela "B"

 

Vemos una figura que con sus manos reparte la lluvia bienhechora. La posición de la figurilla es sentada en actitud búdhica. No hay duda que es necesario que sobre nosotros caigan todos los diluvios universales para limpiarnos y purificamos totalmente, Así lo dice el Tláloc maya de Copán.

 

En síntesis: todas estas tallas son antiquísimas, hechas por artistas geniales, con una sabiduría extraordinaria, la cual fue depositada en estos libros de piedra que nos hablan claramente de la autorrealización íntima del Ser.

 

Tláloc

 

¿Quién es Tláloc? Es un rey de la naturaleza, una criatura perfecta que está más allá del bien y del mal. En sus manos está la inundación, la sequía, el granizo, el hielo, el rayo, motivo por el cual los magos antiguos temían su cólera.

 

Hallándome un día en estado de meditación profunda, hube de ponerme en contacto directo con el bendito señor Tláloc. Este gran ser vive en el mundo causal, más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente. En todas las partes de mi ser experimenté ciertamente la tremenda realidad de su presencia. Vestido exóticamente parecía un árabe de los antiguos tiempos. Su rostro, imposible de describir con palabras, era semejante a un relámpago.

 

Cuando le recriminé por el delito de haber aceptado tantos sacrificios de niños, mujeres, varones, ancianos, etc., etc. (entre los aztecas aparece también Tláloc y de esos sacrificios estamos hablando), la respuesta fue: Yo no tuve la culpa de eso, nunca exigí tales sacrificios, eso fue cosa de las gentes de allá en el mundo físico. Luego concluyó con las siguientes palabras: Volveré en la era de Acuarío.

 

Incuestionablemente, el dios Tláloc habrá de reencarnarse dentro de algunos años.

 

Práctica

 

Ciertas tribus de América, cuando quieren lluvia para sus cultivos, reúnen a sus miembros, asumen la figura del sapo, lo imitan, y luego en coro remedan el "croac", el resultado no se hace esperar demasiado.

 

Los antiguos magos llamaban a las ondinas de los ríos y de los lagos, o a los genios de las nubes, o a las nereidas del tormentoso océano, clamaban con gran voz pronunciando los siguientes mantras:

 

¡Veyal ¡Vallala! ¡Veyala! ¡Heyala! ¡Veya!

 

Tláloc es, pues, un dios, un deva del plano causal. Usted también puede invocarlo, pero debe hacerlo con fe y reverencia.

 

 

DESCRIPCION DE LA ESTELA "P"

LA TRIMURTI

 Esta estela es una representación viviente de la Trimúrti.

 

Se ven tres rostros superpuestos para indicar el Santo Triamanzikanno. Es la Trimúrti superior: Kether, Chokmah y Bínah de la kábala hebraica.

 

Brazos. Muy bien adornados y señalando el ascenso de las fuerzas hacia adentro y hacia arriba. Entre los dos brazos aparece un rostro que nos indica al hombre causal, al hombre verdadero.

 

Cinturón. Muy bien adornado. Aparece un rostro en la región de Hod, para indicarnos el mundo astral, el cuerpo astral del ser humano.

 

Este cuerpo astral es un vehículo de expresión a través del cual puede manifestarse la Divinidad.

 

Mucho se ha dicho sobre el cuerpo astral, pero realmente el animal intelectual falsamente llamando hombre no tiene cuerpo astral, tiene un cuerpo de deseos, un cuerpo molecular, eso es todo. Corrientemente a ese vehículo molecular se le llama astral, cuerpo astral.

 

Necesitamos crearnos un cuerpo astral sí es que realmente anhelamos el nacimiento del Cristo en nuestro propio corazón.

 

El hidrógeno sexual Si- 12 es el producto final de la transformación del alimento en el organismo humano. Esta es la materia con que trabaja el sexo. Es semilla o fruto.

 

Es claro que este hidrógeno sexual se procesa en el organismo humano de acuerdo a las siete notas de la escala musical, desde el Do hasta el Si, empero el hidrógeno Si-12 puede pasar al Do de la siguiente octava superior con la ayuda del mahituna, magia sexual, arcano A.Z.F.

 

En la unión sexual del hombre y la mujer, durante el mahituna (sin eyaculación del ens seminis), se produce una segunda octava superior, desarrollando un nuevo organismo independiente, luminoso y resplandeciente, muy diferente al que usan los desencarnados. Ese nuevo organismo es el cuerpo astral.

 

Nace el cuerpo astral del mismo semen, de la misma substancia, de la misma semilla que da origen al cuerpo físico. Lo único que difiere es el procedimiento.

 

El fondo íntimo, el vitalismo de la célula viva, se satura con el hidrógeno Si-12, y cuando ya todas las células orgánicas están totalmente saturadas e impregnadas con ese hidrógeno sexual, entonces cristaliza esa substancia en la forma espléndida del cuerpo astral. Este trabajo se conoce en la alquimia como transmutar el plomo en oro.

 

Realmente sólo las personas que tienen cuerpo astral viven conscientes en los mundos internos, tanto durante el sueño del cuerpo físico como después de la muerte.

 

El cuerpo de deseos, molecular, es frío, fantasmal, inconsciente, es el vehículo que usan los desencarnados después de la muerte.

 

El cuerpo astral es un vehículo que muy pocos seres humanos se dan el lujo de tenerlo, es espléndido, maravilloso, lo usan los ángeles y los Maestros de la Logia Blanca.

 

Claro que, después de nacer, el cuerpo astral necesita su alimento para crecer y fortalecerse. El cuerpo físico se alimenta con el hidrógeno 48. El excedente del hidrógeno 48 se convierte en hidrógeno 24, con el que se alimenta el cuerpo astral.

 

Así pues, el cuerpo astral es una cristalización espléndida del hidrógeno Si-24.

 

Así como el cuerpo físico es engendrado mediante el acto sexual, el cuerpo astral es engendrado también con el acto sexual. Y así como nace el cuerpo físico, así nace también el cuerpo astral.

 

Así como el niño necesita alimento para el crecimiento de los tejidos, así también el cuerpo astral necesita alimento para su desarrollo y crecimiento. El alimento es el hidrógeno Si-24.

 

Continuando con la descripción de la estela "P", diremos: La cabeza bajo la Trimúrti indica a Atman, el Inefable, con sus oídos listos para escuchar al Verbo, a la Palabra.

 

Más hacia abajo está Tiphereth, el hombre verdadero. Después está el hombre terrenal, el hombre astral.

 

Esta escultura nos indica que la Trimúrti superior debe llegar a cristalizar en el hombre verdadero, en el hombre real.

 


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