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Los logros cientí ficos
1. En nuestros dí as no hay actividad cientí fica en la que no esté presente de una forma u otra la ciberné tica. Esta ciencia estudia la forma en que se realiza en el organismo vivo, en la má quina y en la sociedad la transformació n vinculada con el proceso de direcció n. Asimismo estudia el pensamiento del hombre para crear algoritmos que describan de modo má s o menos pró ximo la actividad de este sistema de direcció n vivo, analiza los principos de la construcció n de autó matas e investiga las posibilidades de automatizació n de los procesos del trabajo intelectual del hombre. 2. De los ú ltimos logros de los cientí ficos en este campo podemos citar el desubrimiento que marca un buen comienzo de los trabajos para la utilizació n de complejos de origen bioló gico con fines tecnoló gicos, incluida la creació n de una computadora de la quinta generació n. 3. Comprobaron que la cé lula, viva de la sustancia orgá nica resultó ser excelente depositaria de la informació n registrada por el rayo lá ser. Lograron establecer que cualquier elemento bioló gico, por ejemplo, las clorofiloalbú minas, gracias a su capacidad fotorregistradora pudiera servir como medio para registrar datos en los blogues de la memoria de la computadora. Despué s obtuvieron materiales sensibles a la luz. Los cientí ficos crearon estructuras bioló gicas que permití an no solo incrementar, sino mejorar la memoria del ordenador. 4. En los sistemas de memorizació n se utilizó la tecnologí a laser que garantizada un rá pido registro o la anulació n de la informació n ó ptica. Su capacidad real era miles de millones de bits por centí metro cú bico, el tiempo de conservació n de la informació n duraba varios meses. La aplicació n econó mica del dicho sistema constituirí a una novedad de alto rendimiento.
VI. Укажите, какое из данных утверждений выражает основное содержание текста: 1. La cé lula viva de la sustancia orgá nica resultó ser excelente depositaria de la informació n registrada por el rayo lá ser. 2. Las estructuras bioló gicas permitieron incrementar y mejorar la memoria del ordenador. 3. La tecnologí a lá ser garantizada un rá pido registro o la anulació n de la informació n ó ptica. VII. Укажите, какие из данных утверждений соответствуют содержанию первого абзаца:
1. La ciberné tica es la ciencia que estudia las formas de la transformació n y la direcció n en el organismo vivo, en la má quina y en la sociedad. 2. Para estudiar el pensamiento del hombre es suficiente crear algoritmos de la actividad de este sistema. 3. La ciberné tica investiga las posibilidades de automatizació n de los procesos del trabajo intelectual del hombre.
VIII. В каждом ряду выберите прилагательное, с которым сочетается данное существительное в тексте:
УПРАЖНЕНИЯ ДЛЯ КОНТРОЛЯ: I. Ответьте на вопросы по тексту: 1. ¿ Qué estudia y analiza la ciberné tica? 2. ¿ Hace mucho tiempo fue creada la computadora de la quinta generació n? 3. ¿ Qué capacidad tienen las clorofiloalbú minas? 4. ¿ Có mo se utiliza la capacidad fotorregistradora de las clorofiloalbú minas? 5. ¿ Dó nde se utiliza la tecnologí a laser? 6. ¿ Qué garantiza la utilizació n de la tecnologí a lá ser? II.Озаглавьте каждый абзац таким образом, чтобы получился план текста; подберите к каждому пункту плана ключевые слова. МОДУЛЬ IV ТЕКСТЫ ПО СПЕЦИАЛЬНОСТИ 1. Economí a de Españ a: Agricultura, ganaderí a, silvicultura y pesca Españ a es actualmente la octava potencia econó mica mundial. Tradicionalmente Españ a ha sido un paí s agrí cola y aú n es uno de los mayores productores de Europa occidental, pero desde mediados de la dé cada de 1950 el crecimiento industrial fue rá pido y pronto alcanzó un mayor peso que la agricultura en la economí a del paí s. La agricultura fue hasta la dé cada de 1960 el soporte principal de la economí a españ ola, pero actualmente emplea solo alrededor del 5% de la població n activa. Los principales cultivos son trigo, cebada, remolacha azucarera (betabel), maí z, patatas (papas), centeno, avena, arroz, tomates y cebolla. El paí s tiene tambié n extensos viñ edos y huertos de cí tricos y olivos. En 2005 la producció n anual (expresada en t) de cereales fue de 14 millones; de los cuales 3, 8 fueron de trigo, 8, 3 de cebada, 4 de maí z y 126.100 t de centeno. La producció n anual de otros importantes productos era: 6, 7 millones de toneladas de remolacha azucarera, 2, 6 millones de patatas, 5, 9 millones de uvas, 3, 9 millones de tomates, casi 3 millones de naranjas, y algo menos de 1 milló n de cebollas. Las condiciones climá ticas y topográ ficas hacen que la agricultura de secano sea obligatoria en una gran parte de Españ a. Las provincias del litoral mediterrá neo tienen sistemas de regadí o desde hace tiempo, y este cinturó n costero que anteriormente era á rido se ha convertido en una de las á reas má s productivas de Españ a, donde es frecuente encontrar cultivos bajo plá stico. En el valle del Ebro se pueden encontrar proyectos combinados de regadí o e hidroelé ctricos. Grandes zonas de Extremadura está n irrigadas con aguas procedentes del rí o Guadiana por medio de sistemas de riego que han sido instalados gracias a proyectos gubernamentales (Plan Badajoz y regadí os de Coria, entre otros). Las explotaciones de regadí o de pequeñ o tamañ o está n má s extendidas por las zonas de clima hú medo y por la huerta de Murcia y la huerta de Valencia. En especial la ovina y la porcina, tiene una importante trascendencia econó mica. Entre los animales má s famosos está n los toros de lidia, que se crí an en Andalucí a, Salamanca y Extremadura para las corridas de toros, consideradas como la fiesta nacional españ ola. El corcho es el principal recurso forestal de Españ a y en 2001 la producció n fue de 57.581 toneladas. La producció n de pulpa de papel y madera de los bosques españ oles es insuficiente para cubrir las necesidades del paí s. La industria pesquera es menos importante hoy para la economí a españ ola que en tiempos pasados, a pesar de que ocupa los primeros puestos entre los paí ses europeos tanto por el volumen de su flota como el de las capturas. La captura anual está formada principalmente por atú n, calamares, merluza, sardinas, anchoas, caballa, pescadilla y mejillones. 2. Economí a de Españ a: Transporte Españ a cuenta con 105 aeropuertos situados en las distintas regiones, de ellos 33 son internacionales, donde operan má s de 250 lí neas aé reas, siendo el má s importante el aeropuerto de Madrid-Barajas. Tras la ampliació n de Barajas, este pretende ser uno de los aeropuertos de conexió n má s importantes del mundo y tener una capacidad para 70.000.000 de viajeros. Barajas realiza un importante papel de " hub" o conexió n entre capitales de provincia y el extranjero. El aeropuerto de Barcelona, no se queda atrá s, y tras la inminente inauguració n de la nueva Terminal sur (añ o 2008), será el segundo aeropuerto del sur de Europa má s importante, con 60.000.000 de pasajeros al añ o. Tambié n, en el 2012, seguirá la ampliació n del aeropuerto de Barcelona. En las ví as y estaciones de la red de ancho ibé rico ofrece sus servicios la compañ í a ferroviaria estatal RENFE. Ademá s, existen diversas redes de ancho internacional (FGC) y algunas lí neas de ancho mé trico (FEVE). El sistema ferroviario españ ol es fundamentalmente radial con centro en Madrid. La ciudad de Barcelona permite conectar Españ a con Paris, Zurich y Milá n entre otras ciudades europeas. Los servicios de Alta Velocidad Españ ola (AVE) prestados por RENFE reducen a la mitad el tiempo de desplazamiento en coche y alcanzan má s de 250 km/h. La velocidad má xima comercial de sus trenes es de 300 km/h y su velocidad marca de 356, 8 km/h. La red de metro está disponible en cinco ciudades: Barcelona, Bilbao, Madrid, Valencia y Palma de Mallorca. Está en construcció n en ciudades como Alicante, Sevilla, Má laga y Granada; y planificada para Santander. La má s extensa y con mayor nú mero de pasajeros al añ o es la de Madrid (310 km; 616 millones de viajeros), seguida por la de Barcelona (115 km; 480 millones de viajeros). La red de carreteras españ ola está formada por unos 370.000 km. Esta red comprende autopistas de peaje, autopistas libres, autoví as, carreteras de doble calzada y carreteras convencionales. En esta cifra no está n incluidas las carreteras y calles en medio urbano, ni las carreteras o caminos agrí colas o forestales. El plan de inversió n del Gobierno supone que Españ a contará en el añ o 2010 con una red de autopistas de má s de 13 000 km, convirtié ndose en una de las má s amplias y modernas del mundo. Españ a goza de excelentes comunicaciones marí timas con má s de 53 puertos internacionales en las costas atlá ntica y mediterrá nea. Cabe destacar el puerto de Algeciras, el ú nico de Españ a considerado de primer orden mundial por su elevado movimiento de viajeros y mercancí as, así como el puerto de Vigo, siendo tambié n uno de los má s activos en cuanto a trá fico de mercancí as, capturas vivas de pescado y congelados. El puerto de Sevilla es el ú nico de cará cter netamente fluvial que existe en el paí s, pues aunque la ciudad está en el interior, tiene salida al mar a travé s del rí o Guadalquivir. El vecino puerto de Cá diz es un punto estraté gico para el embarque de mercancí as hacia el archipié lago atlá ntico de Canarias. El puerto de Barcelona, por ser lí der del Mediterrá neo en trá fico de cruceros, y el segundo en á mbito mundial.
3. Economí a de Españ a: Turismo Españ a es el segundo paí s del mundo que recibe má s turistas extranjeros, segú n datos de la Organizació n Mundial del Turismo, tan só lo por detrá s de Francia, y disfruta de una cuota del 7% del turismo mundial, por delante de Estados Unidos e Italia. El turismo le reportó a Españ a 37.500 millones de euros durante el añ o 2004, lo que la situó en segunda posició n en ingresos econó micos, por detrá s de Estados Unidos, que ingresó 75.000 millones de euros en 2004 (el 12% del total), y por delante de Francia (33.900) e Italia (29.600). Entre enero y noviembre de 2005 recibió un total de 52, 4 millones de turistas extranjeros, un 6, 2% má s de los registrados en el mismo perí odo del añ o anterior, segú n datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Cataluñ a es el primer destino turí stico de Españ a. Los 13, 2 millones de turistas que recibió suponen un 25, 3% del total de las llegadas registradas en toda Españ a, y representan un incremento del 12, 7% respecto al mismo perí odo del añ o anterior. El segundo destino turí stico de Españ a son las Islas Baleares, que recibieron 9, 4 millones de turistas los once primeros meses de 2005, un 1% má s que el añ o anterior. Las Islas Canarias, con 8, 6 millones de turistas (un 1, 6% menos que el añ o anterior) es el tercer destino turí stico por delante de Andalucí a, que alcanzó los 7, 6 millones (un 1, 3% má s) y la Comunidad Valenciana, con 4, 8 millones (un 9, 5% má s). Segú n las previsiones de la Organizació n Mundial del Turismo, la llegada de turismo extranjero a Españ a crecerá una media del 5% anual en los pró ximos veinte añ os, lo que hace prever que Españ a recibirá 75 millones de turistas extranjeros en el añ o 2020, casi 20 millones má s que los recibidos en el añ o 2005. Ciudades turí sticas: Barcelona, Ibiza, Palma de Mallorca, Toledo, Cuenca, Santander, Salamanca, Có rdoba, Madrid, San Sebastiá n, Pamplona (sobre todo en los Sanfermines), Valencia (sobre todo en las fallas), Granada, Má laga, Sevilla y Zaragoza (Expo 2008). Zonas turí sticas: Rí as Bajas, Pirineos, Picos de Europa, Islas Baleares, Islas Canarias, Costa Brava, Costa Dorada, Costa del Sol, Costa de la Luz, Costa Blanca y Sierra Nevada, Costa Cá lida. 4.VENEZUELA: geografí a econó mica Venezuela es, desde la segunda dé cada del siglo XX, un destacado exportador de petró leo: este hidrocarburo condiciona su vida econó mica.Unidas a los yacimientos de petró leo se encuentran grandes bolsas de gas natural. La ganaderí a habí a sido histó ricamente la base econó mica de Venezuela, gracias a la especial aptitud ganadera de Los Llanos. Todaví a conserva una notable importancia la cabañ a bovina. En la agricultura propiamente dicha, el café es el producto rey; el cacao tiene interé s apreciable, como planta autó ctona pre-colombina. Cañ a de azú car, algodó n y tabaco son otros tipos de plantaciones comerciales. En cambio, el arroz, maí z, bananas, yuca, patatas y frutales diversos se dedican de preferencia a la alimentació n de la població n venezolana. El bosque recubre un tercio largo del territorio, con tupidas selvas en la Orinoquia meridional y con una amplia variedad de especies maderables; empero, su aprovechamiento resulta aú n insignificante en relació n al vasto potencial existente. Casi sucede otro tanto con la pesca, no obstante los recursos ictioló gicos del Caribe venezolano, a destacar las explotaciones perlí feras de las islas de Margarita, Cubagua y otras. Aparte los ya citados hidrocarburos, el subsuelo contiene grandes reservas de hierro en el noreste del estado de Bolí var, base de la moderna siderurgia de Ciudad Guayana. El yacimiento cuprí fero de Aroa, en Yaracuy, tiene tambié n plomo, cinc y azufre. Hay asimismo manganeso, ní quel, magnesita, amianto, mercurio, fosfatos naturales, oro y diamantes. La gran represa del Guri, sobre el rí o Caroní, en Bolí var, que fue terminada en los añ os 80, ha multiplicado extraordinariamente la generació n de electricidad de origen hí drico. El desarrollo industrial financiado con las divisas del petró leo ha permitido la eclosió n de un sector manufacturero ya apreciable. Ademá s de la citada siderurgia de Ciudad Guayana, la minerometalurgia empieza a manifestar una actividad relevante. La quí mica y petroquí mica prosperan sobre la base de la abundancia nacional de materia prima (petró leo, gas), con numerosas refinerí as y fá bricas de abonos, á cidos, etc. El sector agroalimentario es muy importante y diversificado; el del cuero y calzado, de gran tradició n, cuenta con los cueros de los vacunos de Los Llanos para su abastecimiento. El ensamblaje de vehí culos, los aserraderos de madera, los materiales de construcció n, la tabaquera, etc., son otras tantas ramas de la actividad fabril cada dí a má s destacables. 5. PERU: geografí a econó mica El potencial de riquezas naturales es ingente, pero en general todaví a insuficiente o deficientemente aprovechado: ricos suelos, extensí sima cubierta forestal, extraordinario patrimonio ictioló gico en su sector del Pací fico, petró leo y otros recursos minerales, vasto potencial hidroelé ctrico en los rí os que se despeñ an desde los Andes, atractivos turí sticos muy variados, etc. Maí z y patatas son las bases de la alimentació n local, aunque tambié n tienen importancia los cultivos de arroz, cebada y trigo, junto con hortalizas y frutas varias. El café y el algodó n, y un poco la cañ a de azú car, son productos de gran peso en la exportació n peruana. El ganado lanar es cuantioso en la Sierra, con especies autó ctonas como la llama, lavicuñ a y la alpaca. Las riquezas pesquera y forestal son muy grandes, mucho má s aprovechada la primera que la segunda. El subsuelo se hizo famoso durante la é poca colonial («valer un Perú »), con plata, oro, cobre, plomo, cinc, vanadio, hierro, volframio y, modernamente, petró leo. El guano es una riqueza costera de origen animal. Las industrias agroalimentarias – pesca incluida – y textiles son las má s numerosas, aunque tambié n tienen importancia las minerometalú rgicas, petroquí mica, papelera, de materiales de construcció n y algunas má s. La economí a del Perú, está cada vez má s orientada hacia el mercado y las grandes privatizaciones se completaron en 1990 con la de las industrias de la electricidad, minerales y telecomunicaciones. En los añ os 80, la economí a sufrí a de hiperinflació n, un decaimiento de la renta per cá pita y un aumento de la deuda externa. A Perú lo eliminaron de la lista del FMI y del Banco Mundial a mediados de los 80, por su tremenda deuda. El programa de austeridad implantado por Fujimori en julio de 1990, produjo durante tres añ os una contracció n de la actividad econó mica hasta que en 1991, la productividad aumentó hasta el 2, 4%, se eliminaron los subsidios, se detuvo la escalada de los precios y en diciembre de ese añ o alcanzaron el nivel má s bajo desde mediados de 1987. Lima obtuvo ayudas financieras de diversas instituciones en septiembre de 1991 aunque debí a $14 mil millones de intereses de su deuda externa, que consiguió liquidar en marzo de 1993, trabajando de acuerdo con el FMI y el Banco Mundial bajo unas nuevas condiciones. En 2002 el PIB decayó hasta el valor de 2, 8%, en parte por la corriente El Niñ o, que llegó má s cá lida de lo normal y determinó una caí da en las capturas pesqueras de un 30%, la economí a se rehizo por la fuerte inversió n extranjera.
6. ECUADOR: geografí a econó mica Aunque las exportaciones dependen hoy en buena medida del petró leo, es la agricultura la gran fuente de empleo de la població n. Bananas, cacao, café y azú car de cañ a son, sin embargo, rubros importantes en las ventas ecuatorianas al exterior, artí culos a los que hay que añ adir el arroz, algodó n y numerosos frutales, todos ellos entre los cultivos tropicales y subtropicales. De los templados, maí z, trigo, cebada, patatas y diversas leguminosas. El vacuno es la principal especie ganadera. La pesca, en las riquí simas aguas del Pací fico, presenta una importancia creciente. La silvicultura, por su parte, cuenta con un potencial extraordinario: dos tercios del territorio ecuatoriano está n cubiertos de bosques. En el norte de la provincia oriental del Ñ apo radican los principales yacimientos actuales de petró leo del paí s; allí y en el golfo de Guayaquil, los de gas natural. El desarrollo industrial, insuficiente, tiene sus principales manifestaciones en Guayaquil y Quito; los sectores alimentario (bebidas incluidas) y textil suponen dos tercios de la actividad manufacturera, seguidos de los de la quí mica y petroquí mica, cuero y calzado, maderas, materiales de construcció n, metalurgia ligera, papel y cartonajes, etc.
7. COLOMBIA: geografí a econó mica La agricultura (café, frutas tropicales), la ganaderí a vacuna, la minerí a (petró leo, piedras preciosas) y un cierto despegue industrial en algunas ciudades, conforman la realidad econó mica colombiana. El café es la base de las exportaciones; las tierras templadas andinas hacen de este paí s el segundo má ximo productor mundial. El banano se produce y exporta desde la costa. Cañ a de azú car y algodó n se dan tanto en el interior como en zonas costeras. Arroz y yuca se cultivan en tierras calientes y las papas (patatas) en las frí as; el maí z, en las templadas. La fruticultura, aparte el ya citado banano, es variadí sima. La ganaderí a colombiana es bá sicamente vacuna, muy importante en Los Llanos. Seis veces mayor es el á rea ocupada por el tupido bosque ecuatorial (Llanos) o tropical (costas). El gas natural se extrae en la pení nsula caribeñ a de la Guajira y cerca de Cartagena. El carbó n es potenciamente muy importante: Cerrejó n (en Guajira) y cordillera Oriental. De las piedras preciosas, alcanzan gran fama las esmeraldas. Platino, oro, cinc, cromo, hierro y azufre son otros recursos del subsuelo. Los grandes nú cleos fabriles son los de la capital y del diná mico Medellí n, y en menor medida los de Cali, Cartagena, Barranquilla, Manizales y otros. Con una economí a estable y diversificada, Colombia ha disfrutado del má s consistente crecimiento de toda la Amé rica Latina durante varias dé cadas. A diferencia de otros paí ses de su hemisferio, no ha dejado de pagar ninguna de sus deudas durante la 'dé cada perdida' de los 80. Desde 1990, cuando Bogotá puso en vigor su programa de profundas reformas que abrió su economí a al comercio exterior y a las inversiones extranjeras, el crecimiento de su PIB ha alcanzado una media superior al 4% anual y el crecimiento se ha mantenido por la expansió n del sector de la construcció n, de los servicios financieros y la llegada de capital del exterior, aunque algunos inversores se han retraí do por la falta de una infraestructura de los transportes y la escasez de energí a, así como por la violencia desencadenada por el trá fico de drogas y la lucha contra la guerrilla. Pero, estas inversiones, en especial en la industria del petró leo, siguen aumentando a un ritmo elevado. Ahora el petró leo está deshancando los ingresos debidos al café, aunque los ingresos por el trá fico de drogas posiblemente superen a los de ambos. La economí a que no depende del petró leo, crece a un ritmo má s lento, en parte debido al estrecho control fiscal implantado para combatir la inflació n que puede producirse por una masiva entrada de capital y por los gastos de la administració n. La expansió n del sector del petró leo, el crecimiento de las inversiones del exterior y la floreciente economí a aseguran un crecimiento positivo en el futuro. 8. BOLIVIA: geografí a econó mica Paí s todaví a de escaso nivel de desarrollo, depende en sus exportaciones de minerales como el estañ o y el petró leo, con el gas natural. Tambié n extrae, sobre todo en la cordillera Oriental, volframio, plomo, antimonio, cobre, plata y oro. Pero la mayor parte de la població n es campesina, con cultivos de manutenció n: maí z, patata, arroz, mandioca, cañ a de azú car, coca, café, cacao, bananas, naranjas, hortalizas. En el ganado, sobresalen en el Altiplano especies lanares autó ctonas, como la llama, la vicuñ a y la alpaca, junto con la oveja; en el Oriente, el vacuno. Los bosques, que cubren cuatro quintas partes del paí s, presentan aú n escaso aprovechamiento econó mico; a destacar la recolecció n de caucho. La industria apenas sí cuenta en el ramo alimentario, textil y artesanal diverso; sí, en cambio, dada la riqueza minera del paí s, existe una apreciable metalurgia de fundició n y refino primario de estañ o, plomo, antimonio y petró leo. Con su larga historia de controles sociales semifeudales, dependencia de los variables precios de sus exportaciones de minerales, brotes de hiperinflació n, Bolivia sigue siendo uno de los paí ses má s pobres de Sudamé rica. Sin embargo, Bolivia ha experimentado una mejora de las condiciones econó micas generales desde que la administració n de Paz Estenssoro introdujo nuevas polí ticas en 1985-89, orientadas al desarrollo de los mercados, que redujeron la inflació n desde el 11.700% en 1985 a un 20% en 1988. A Paz Estenssoro le sucedió en la residencia Jaime Paz Zamora (1989-93) que continuó con la polí tica de libre mercado a pesar de la oposició n de su propio partido y de los sindicatos bolivianos. Manteniendo una disciplina fisca, Paz Zamora consiguió reducir la inflació n a 9, 3% en 1993, mientras que el PIB creció en promedio el 3, 25% durante su mandato. En agosto de 1993 el nuevo presidente Sá nchez de Losada prosiguió la polí tica de libre mercado de sus predecesores. El decreto de privatizaciones fue aprobado por la cá mara legislativa en marzo de 1994 y desde entonces el gobierno ha privatizado el sector elé ctrico, las lí neas aé reas, la compañ í a telefó nica y los ferrocarriles estatales. 9. PARAGUAY: geografí a econó mica Agricultura y ganaderí a son los pilares de la economí a, con cultivos tropicales y mediterrá neos: algodó n, soja, tabaco, cañ a de azú car, cí tricos, maí z, yuca, arroz, pina, hortalizas, etc., así como una importante cabana vacuna. El bosque (quebracho, cedro, nogal) y la yerba mate contribuyen tambié n a la exportació n. La industria, aparte la agroalimentaria, es escasa: aserraderos, astilleros fluviales (Paraná y Paraguay son dos grandes rí os navegables), cemento, textiles, cigarrillos. Paraguay vende a Brasil gran parte de la mitad que le corresponde de la producció n elé ctrica de Itaipú. La economí a de Paraguay es marcadamente de mercado. La parte dirigida de su economí a, lo está hacia los servicios, pero el 45% dé la població n subsiste de la agricultura. En el sector no dirigido de esta economí a, predomina la reexportació n de bienes de consumo (cigarrillos, whiskeys, equipos electró nicos, equipos y perfumes) a los paí ses vecinos y la venta desde pequeñ os comercios y la venta callejera. El gobierno ha declarado pú blicamente que continuará con su reforma econó mica en estrecha cooperació n con Mercosur (Mercado Comú n del Cono Sur) y en 1995, prometió tambié n que reordenarí a el sector financiero, despué s del desastre que motivó el cierre del segundo y el tercer banco del paí s. La continua integració n en Mercosur, ofrece un potencial de crecimiento, estrechamente ligado al é xito de las inversiones extranjeras. Las exportaciones de los productos no tradicionales, como los productos agrí colas, productos manufacturados ligeros y de consumo, está creciendo rá pidamente, al tiempo que tambié n aumentan los esfuerzos del gobierno, incluido las privatizaciones en 1995, aunque con poco é xito.
10. URUGUAY: geografí a econó mica Uruguay es un paí s tí picamente agropecuario, de modo acusadí simo ganadero: los prados y pastos naturales cubren cuatro quintos del territorio y alimentan grandes cabanas ovina y vacuna. Trigo, arroz y otros cereales son los cultivos má s difundidos, junto con las oleaginosas (girasol, lino), las plantas azucareras (remolacha, cañ a), los frutales (duraznos, cí tricos), la patata y la vid. La pesca tiene una incipiente importancia, no así el bosque ni el subsuelo. La producció n hidroelé ctrica es cuantiosa gracias a los embalses sobre los rí os Uruguay (compartido con Argentina) y Negro. La industria tiene como ú nicas materias primas nacionales las que le proporciona el fé rtil campo del paí s. Por ello, no es de extrañ ar que esté dominada por las factorí as dedicadas a la transformació n, conservació n y envasado de productos de origen animal: frigorí ficos cá rnicos, centrales lecheras, curtidurí as, instalaciones laneras. Tambié n son relevantes la molturació n de cereales, la destilació n de vinos y cervezas, la refinació n de azú car y las conservas vegetales. Existen asimismo algunas industrias de materiales de construcció n, petroquí micas y de diversos productos ligeros. El desarrollo econó mico se ha visto detenido en los recientes añ os por la inflació n, que ya va disminuyendo, y por las regulaciones del gobierno. La polí tica monetaria conservadora del gobierno de Sanguinetti y las medidas fiscales, van encaminadas a seguir bajando la inflació n, que es del orden del 35, 4%, otras prioridades incluyen grandes reformas de la seguridad social y la mejora de la educació n. Uruguay entró en una recesió n durante el segundo trimestre de 1995 y acabó el añ o con una caí da del PIB del 2% y una subida del paro hasta el 11%, debido en parte a la recesió n argentina y al paró n del crecimiento del Brasil en 1995, que frenó la producció n de productos manufacturados, la construcció n y el sector de servicios del Uruguay. A pesar de los problemas de sus socios de Mercosur (Mercado Comú n del Cono Sur), el mercado uruguayo ha aumentado y los nuevos mercados potenciales está n siendo estudiados a travé s de las negociaciones de Mercosur con los paí ses vecinos y la Unió n Europea. Tambié n ha aumentado recientemente su agricultura y sus transportes
11. CHILE: geografí a econó mica Los recursos naturales de Chile son variados y cuantiosos; de ellos, los mineros son los má s conocidos (cobre y nitrato, en especial), pero no son escasos los forestales, pesqueros e incluso los agropecuarios. El enorme alargamiento latitudinal del paí s propicia una gran variedad de cultivos, aunque el mayor aprovechamiento actual se ciñ e a la zona central – dada la aridez del norte y el despoblamiento del sur –. El trigo es el cereal má s importante, seguido a distancia por el maí z, aunque tambié n está n presentes cebada, avena y arroz. De las leguminosas, el fré jol es de gran importancia en la dieta popular. La patata, originaria de la isla chilena de Chiloé, se cultiva al sur del rí o Bí o-Bí o, donde tambié n prospera la remolacha azucarera, con notable superficie sembrada. De las oleaginosas, destacan la colza y el girasol. Chile es el tercer paí s viní cola de Amé rica; la vid, de largo arraigo allí, prospera tanto en zonas norteñ as como en valles centrales y aun centro-meridionales. La fruticultura, templada o subtropical, es muy variada. En el centro-sur se encuentran los mejores pastos naturales, alimento de una cabañ a ovina y bovina bastante notable. El bosque, que cubre la cuarta parte del territorio, supone una ingente riqueza para la mitad meridional del paí s. A su vez, la inmensa fachada marí tima chilena, bañ ada por aguas frí as, presenta un potencial ictioló gico extraordinario; pero, por ahora, la flota pesquera propia só lo aprovecha una proporció n má s que escasa. La costa de Bí o-Bí o ofrece los principales yacimientos carboní feros, mientras que los lignitos está n presentes en Valdivia y Magallanes. En esta regió n sureñ a, sobre todo en la mitad chilena de la isla Grande de Tierra del Fuego, es donde radican las principales explotaciones petrolí feras. El salitre o nitrato só dico natural es virtualmente un monopolio chileno; se extrae en el tercio norte. El cobre, el gran recurso minero actual, base de la exportació n del paí s, se aprovecha tanto allí como en el centro. Ademá s, Chile tiene tambié n hierro, oro, plata, azufre y otros minerales. El desarrollo industrial, de nivel medio a escala latinoamericana, cuenta con algunos sectores relevantes, como el minero-metalú rgico, con cierto aprovechamiento siderú rgico. Se fabrican tambié n maquinaria, vehí culos, barcos, aviones, etc. El ramo textil, tradicional, trabaja en Valparaí so, Concepció n y Tomé. La quí mica ha prosperado en zonas mineras; la petroquí mica, en Concó n y Talcahuano. En el centro-sur se halla la industria papelera. La alimentaria está muy repartida.
12. ARGENTINA: geografí a econó mica Argentina es un feraz paí s agropecuario que, ademá s, alcanzó ya un nivel de desarrollo industrial bastante notable a escala de Amé rica Latina. Sus cereales, vacas y ovejas, financiaron una prosperidad que, aunque comparativamente disminuida hoy en dí a, llegó a figurar en los añ os 20 y 30 entre las de mayor renombre de la é poca. La principal zona agraria es la de la Pampa (que excede con mucho de la provincia de este nombre). Allí se obtiene lo esencial del trigo, el maí z, el lino y la soja, cultivos que cada vez má s se interpenetran con aprovechamientos forrajeros, soportes de una rica cabañ a bovina. La cebada, el sorgo y el centeno son tambié n significativos. El arroz, por su parte, se da en la cuenca del Paraná. La cañ a azucarera se localiza sobre todo en Tucumá n; el cacahuete, en Có rdoba. El algodó n prospera en el centro-norte y el girasol en la Pampa oriental y el sur de la Mesopotamia. La remolacha se ha aclimatado en algunas á reas trigueras. La vid es un cultivo, en especial, de Mendoza; la yerba mate, del norte-noreste; el olivo, de La Rioja y Mendoza. La hortofruticultura, con numerosas variedades tanto templadas como subtropicales, está muy extendida, salvo en la Patagonia. Argentina es, normalmente, el mayor o uno de los mayores – segú n los añ os –exportadores de carne del mundo entero. La cabañ a vacuna presenta especies selectas, criadas con mé todos modernos; casi la mitad se concentra en la provincia bonaerense. Patagonia, pero tambié n la Pampa, es el dominio del ganado lanar, en especial el numerosí simo ovino. Aunque a distancia de vacas y ovejas, cabe citar tambié n los ganados equino y porcino, así como la volaterí a. Carnes, lanas y cueros constituyen ubé rrima cosecha de la cabañ a argentina. La plataforma continental argentina es en extremo generosa por su riqueza ictioló gica; sin embargo, las pesquerí as carecen de tradició n y de dimensiones adecuadas para permitir su correcto aprovechamiento en el paí s, siendo forá neas las flotas que logran lo esencial de las capturas en lo que se ha llamado grá ficamente la Pampa marina. Pese a la importante cubierta arbó rea del piedemonte andino, la Mesopotamia septentrional y el Chaco, el aprovechamiento maderero es aú n poco relevante. La minerí a aporta só lo una cuota modesta a la riqueza nacional, si bien logra el autoabastecimiento en petró leo y gas natural (litoral patagó nico, Salta, Tierra del Fuego). La extracció n de carbó n es mí nima, y escasa la de cinc, estañ o, plata, azufre y uranio. La industria, concentrada masivamente en el Gran Buenos Aires y, en menor medida, en Có rdoba y Rosario, se encuentra muy desarrollada en el ramo alimentario – como corresponde al gran paí s agropecuario que es el argentino –. Molturació n de cereales, frigorí ficos cá rnicos, curtidurí as, refinació n de azú car, etc., está n presentes por buena parte del territorio – sobre todo en el centro –. Ademá s, la sidero-metalurgia, construcciones mecá nicas, de vehí culos y aviones, la elé ctrica -electró nica, la quí mica y petroquí mica, papel, cemento y textiles son, entre otros, sectores industriales que han llegado a figurar entre los primeros de Amé rica Latina.
13. MEXICO: geografí a econó mica Paí s de economí a agropecuaria y minera y con una industria en progreso, el petró leo constituye la riqueza má s significativa y la base de su exportació n. Agricultura. El agro mexicano presenta dos problemas: la escasez de agua – que intenta remediar con el riego – y la organizació n de la propiedad rural. El 35% de la població n activa trabaja en el campo, acercá ndose la superficie cultivada a los 23.000.000 de ha, mientras prados y pastos ocupan el 38% y los bosques, cerca del 25%. Maí z y arroz son sus grandes cereales, el primero en las zonas tropicales o en las templadas con riego y el arroz en las llanuras costeras. Tienen interé s el sorgo y la avena. Entre las leguminosas destacan los fré joles y los garbanzos y otras plantas alimenticias son las hortalizas (tomates y cebollas), patata y batata. Alcanzan gran interé s dos plantas textiles: el henequé n en el Yucatá n y el algodó n en el distrito «lagunero»; junto a este ú ltimo sobresalen como plantas oleaginosas el cacahuete, lino, soja y sé samo. La cañ a azucarera se cosecha en Veracruz, Puebla y Sinaloa. Entre las plantas estimulantes se cultivan el café en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, y el cacao en las tierras calientes de Chiapas y Tabasco. Obtiene tambié n tabaco en Nayarit, Oaxaca y Veracruz. Otro capí tulo importante es el fratí cola, tanto en frutas de la zona templada (manzanas, peras y ciruelas) como en agrios (naranjas y limones) y algunas frutas tropicales: bananas, piñ as, dá tiles y cocos. En la Altiplanicie reviste algú n interé s la vid. La significació n econó mica de los bosques es escasa. Ganaderí a y pesca. Dada la abundancia de prados y pastos, el ganado es numeroso, aunque no de gran calidad; destacan los bovinos, porcinos y el ganado de tiro. La pesca, que se localiza en el golfo de California, el Pací fico, Yucatá n y las proximidades de Tampico, consiste principalmente en atunes, camarones, sardinas, ró balos y jureles. Minerí a. La rama má s tí pica, aunque en la actualidad no la má s valiosa, es la de los metales preciosos, especialmente la plata. Menos importante es el oro, que se obtiene junto a la plata y al cobre de Sonora, Baja California y otros estados. El mineral de hierro procede de Durango, Nuevo Leó n, Michoacá n y Colima. Plomo y cinc se obtienen en Chihuahua, Nuevo Leó n, Coahuila, Hidalgo y Zacatecas. Otros minerales ú tiles son los de manganeso, antimonio (San Luis Potosí ), volframio, estañ o, flú or y mercurio. La zona de Tehuantepec proporciona gran cantidad de azufre y el estado de Mé xico abundante sal. De los combustibles, el carbó n escasea, pero el petró leo es abundantí simo. Empezado a explotar en 1901 en los pozos de Dos Bocas-Alama, Casiano y Potreros del Llano, hoy Mé xico es el 4o productor del mundo. Sus yacimientos má s importantes se encuentran en Veracruz, istmo de Tehuantepec, Tabasco, Tamaulipas, Tuxpá n, Tampico, Puerto Mé xico y Minatitlá n; en esos mismos lugares suele extraerse gas natural. A la energí a obtenida de estos combustibles se une la hidroelé ctrica, con las mayores centrales que radican en los estados de Mé xico, Puebla y Veracruz. Industria. Sus buenas bases naturales se ven contrarrestadas por la excesiva centralizació n en el Distrito Federal, la regió n de Veracruz y los estados mineros del norte, donde han surgido los grandes centros siderú rgicos de Monterrey y Monclova. De la siderurgia se derivan la construcció n de material ferroviario, el montaje de automó viles, la construcció n naval y la producció n de maquinaria textil, herramientas, bicicletas, etc. Tambié n se benefician los otros minerales ú tiles. Las industrias quí micas obtienen á cidos fundamentales, abonos, productos petroquí micos, fibras artificiales y cemento. Son de gran tradició n e importancia las industrias textiles, especialmente la algodonera, el trabajo del henequé n y las fibras sinté ticas. Entre las otras industrias de interé s figuran algunas alimentarias: harinas, galletas y dulces, azú car (Veracruz y Morelos), bebidas alcohó licas, cerveza, conservas vegetales y de pescado, industrias cá rnicas y lá cteas; la manufactura del tabaco, los vidrios, cerá mica, cueros, calzados y papel; y, recientemente, la industria cinematográ fica y el turismo (Acapulco, Puerto Vallarí a, Cancú n, Cuernavaca, Mé xico, Taxco, etc.)
14. Econó mica. Objeto de estudio La economí a (griego: ο ἰ κ ο ν ο μ ί α , 'administració n de una casa o familia' ‘de ο ἶ κ ο ς (casa, en el sentido de patrimonio)’ y ν έ μ ω (administrar)’) es una ciencia social que estudia los procesos de producció n, intercambio, distribució n y consumo de bienes y servicios. Su objeto de estudio es la actividad humana y, por tanto, es una ciencia social. Las ciencias sociales se diferencian de las ciencias puras o naturales en que sus afirmaciones no pueden refutarse o convalidarse mediante un experimento en laboratorio y, por tanto, usan una diferente modalidad del mé todo cientí fico. De aca su complejidad y alto nivel de imprecisió n, valié ndose de las aproximaciones o por lo menos definiendo la tendencia en el comportamiento de las variables econó micas, es arriesgado aventurarse a predecir con una precisió n cercana al 100%, el sujeto de estudio " el sujeto econó mico" es altamente diná mico y cambiante, dejando muchas veces brechas en los estudios realizados. Sin embargo, la economí a posee un conjunto de té cnicas propias de los economistas cientí ficos. John Maynard Keynes define la economí a como " un mé todo antes que una doctrina, un aparato mental, una té cnica de pensamiento que ayuda a su poseedor a esbozar conclusiones correctas". Tales té cnicas son la teorí a econó mica, la historia econó mica y la economí a cuantitativa, incluida las novedosas econofí sica y neuroeconomí a. Tambié n conviene referirse a los conceptos de teorí a positiva y teorí a normativa. No todas las afirmaciones econó micas son irrefutables, sino que ciertos postulados pueden verificarse, esto es, puede decirse que " son" y, cuando eso ocurre, se habla de economí a positiva (vé ase por ejemplo positivismo). Por el contrario, aquellas afirmaciones basadas en juicios de valor, que tratan de lo que " debe ser", son propias de la economí a normativa y, como tales, no pueden probarse. La economí a se mueve constantemente entre ambos polos. La ciencia econó mica está justificada por el deseo humano de satisfacer sus propios fines. Este aspecto de la definició n propuesta por Robbins es discutible y probablemente es el que menos se ha desarrollado en toda la historia del aná lisis econó mico salvo, acaso, por la Escuela Austrí aca y especialmente por Ludwig von Mises. En ocasiones, al definir la economí a se ha sustituido el té rmino fines por el de necesidades humanas, y se ha dicho de ellas que son ilimitadas. Hasta el momento la economí a no se ha ocupado en exceso de determinar có mo se forman las necesidades humanas ni de si son ilimitadas o no, y para ello deberí a avanzar en el desarrollo de la antropologí a y la sociologí a econó micas. La materia prima de trabajo de los economistas es el conjunto de recursos escasos que pueden satisfacer usos alternativos. Los recursos al alcance del hombre para satisfacer sus necesidades son escasos o, al menos, la economí a só lo se ocupa de aquellos que lo son y, como tales, existe la necesidad de seleccionar entre ellos para satisfacer fines alternativos. Si un recurso no es escaso o tiene un ú nico fin, no está justificado su tratamiento desde el punto de vista econó mico, a menos que pretenda asigná rsele otra utilidad. Al decidir si un recurso se asigna a la producció n de un bien o servicio determinado, se está asumiendo el coste de no poder usar ese recurso para la producció n de otros bienes y servicios. Este concepto de coste, má s allá del puro concepto monetario, es propio de los economistas y se conoce como coste de oportunidad. Para asignar los recursos debe existir un criterio que permita hacerlo de la manera má s eficiente posible, y la economí a trata de aportar criterios racionales para la asignació n de los recursos a la producció n de bienes y servicios. 15. Microeconomí a La microeconomí a es una parte de la economí a que estudia el tipo de comportamiento econó mico de agentes individuales, como pueden ser los consumidores, empresas, trabajadores e inversores; así como de los mercados que comprenden las á reas. Considera las decisiones que toma cada uno para cumplir ciertos objetivos propios. Lo anterior, tomando en cuenta que se encuentra en el supuesto de libre empresa o libre mercado. La Microeconomí a tiene muchas ramas de desarrollo. Algunas de las má s importantes son: la teorí a del consumidor, la de la demanda, la del productor, la del equilibrio general, y la de los mercados de activos financieros. No pueden considerarse enteramente separadas porque los resultados de unas influyen o son parte de la base de las otras. Por ejemplo, las empresas no só lo ofertan bienes y servicios, sino que tambié n demandan bienes y servicios para poder producir los suyos. De ahí la necesidad de la simplificació n (Cé teris pá ribus, ver má s adelante) y de que a veces no se esté muy seguro de donde comienza y donde termina una teorí a). La Microeconomí a se estudia con modelos matemá ticos que se desarrollan a partir de los supuestos que se hacen sobre el comportamiento de los agentes econó micos. Toda conclusió n a la que se llegue usando esos modelos solo será vá lida si se cumplen los supuestos, cosa que no ocurre siempre, especialmente si se trata de supuestos muy fuertes, o restrictivos. Una de las incorporaciones má s importantes al estudio de la Microeconomí a es la llamada " Teorí a de juegos". Es una teorí a matemá tica que estudia el comportamiento de varios agentes cuando las decisiones tomadas por cada uno influyen en qué medida cada uno logra los objetivos que desea. Se usa, por ejemplo, en la teorí a de la producció n industrial, para estudiar los casos de oligopolio y de competencia imperfecta.
Los tipos de bienes Se puede estudiar có mo cambian las soluciones al problema del consumidor cuando cambian los pará metros de la funció n de utilidad o bien cambian los precios o la renta disponible del consumidor. Por ejemplo, si cambia el precio de uno de los bienes, el cambio en la pendiente de la restricció n presupuestaria llevará a cambiar de cesta de bienes escogida, en la que el bien cuyo precio ha cambiado, tambié n cambiará en cantidad (y posiblemente las de otros de los bienes tambié n cambien). Segú n el efecto que se produzca, se puede clasificar a los bienes. Así, normalmente los bienes disminuyen en cantidad demandada cuando aumenta su precio, aunque existen excepciones a esto, en las que aumentan. Lo que hace que un bien cambie es la suma de dos efectos, el efecto renta y el efecto sustitució n. El efecto renta es el derivado del hecho de que al aumentar un precio, en cierto modo es como si se perdiera renta, mientras que el efecto sustitució n está relacionado con como el consumidor puede tender a sustituir el consumo de un bien por el de otro. Si aumenta el precio del bien, el efecto renta tenderá a hacer que disminuya su consumo, pero el efecto substitució n puede afectarle de dos maneras. Normalmente tenderá a hacer que tambié n disminuya, porque el consumidor tambié n vaya a consumir otro tipo de bienes que su precio no haya cambiado, pero en otras ocasiones podrí a ser que hiciera que aumentara, Nombrando lo anterior en té rminos marshalianos, podemos decir que se sustituye el valor de la mercancí a sucedida por dinero equivalente, logrando así, que el consumidor tenga el mismo nivel de satisfacció n con una curva diferente. En este ú ltimo caso tendrí amos lo que se llama un bien inferior (uno cuyo efecto sustitució n tiende a aumentar el consumo cuando el precio sube). Si, en cambio, el efecto de sustitució n fuera del mismo signo que el efecto renta, estarí amos ante un bien normal. Pero es la suma de los dos efectos lo que producirí a el efecto total. En el caso de los bienes normales, el efecto renta hará que su consumo disminuya al aumentar el precio, y tambié n ocurrirá así con los bienes inferiores, excepto cuando, en el caso de algunos de estos ú ltimos, el efecto sustitució n llegara a ser má s fuerte que el del efecto renta, y por tanto tendrí amos un bien giffen. Cuando aumenta la renta y los precios permanecen constantes, los bienes normales tienden a aumentar en consumo mientras que disminuye el de los bienes inferiores. Nó tese que hemos mencionado que cuando sube el precio bajará el consumo de un bien, el aná lisis es completamente simé trico cuando baje el precio, es decir, aumentará el consumo con las particularidades ya dichas en los pá rrafos anteriores. Se ha de saber tambié n que el consumo, por supuesto, tambié n variará con la renta disponible, aumentando o disminuyendo conforme lo haga esta, hasta qué se alcance para los bienes lo que se llama punto de saciedad, que serí a el má ximo posible para la funció n de utilidad, un punto má s allá del cual al consumidor ya no le interesarí a tener má s de ninguno de los bienes. Otra forma en que se relacionan los bienes unos con otros es como complementarios o como sustitutivos. Los complementarios tienden a compartir el mismo destino cuando sube o baja el precio de uno de ellos, mientras que es al contrario en el caso de los sustitutivos.
17. Macroeconomí a La macroeconomí a es el estudio global de la economí a en té rminos del monto total de bienes y servicios producidos, el total de los ingresos, el nivel de empleo, de recursos productivos, y el comportamiento general de los precios. La macroeconomí a puede ser utilizada para analizar cuá l es la mejor manera de influir en objetivos polí ticos como por ejemplo hacer crecer la economí a, estabilidad de precios, trabajo y la obtenció n de una sustentable balanza de pagos.La macroeconomí a por ejemplo, se enfoca en los fenó menos que afectan las variables indicadoras del nivel de vida de una sociedad. Los marcos se concentraban en industrias y empresas individuales. Con la gran depresió n de la dé cada de 1930 y el desarrollo del concepto de las estadí sticas nacionales de entrada y de producto, el campo de uno de los desafí os de la economí a ha sido la lucha para reconciliar los modelos de macroeconomí a y la microeconomí a. Al comienzo de la dé cada de 1950 los macroeconomistas desarrollaron modelos micro-basados del comportamiento. El economista holandé s Jan Tinbergen desarrollo el primer modelo macroeconó mico comprensivo a nivel nacional, el cual desarrolló primero para Holanda y luego aplicó en los Estados Unidos y el Reino Unido despué s de la Segunda Guerra Mundial. El primer proyecto mundial de modelo econó mico, el Wharton Econometric Forecasting Associates LINK (asociados Wharton para la predicció n economé trica) fue iniciado por Lawrence Klein y fue mencionado en su llamado por el Premio de ciencias econó micas en memoria de Alfred Nobel del banco de Suecia en 1980. En la dé cada de 1970 economistas tales como Robert Lucas Jr. sugirieron que al menos algunos modelos macroeconó micos Keynesianos tradicionales eran cuestionables dado que no derivaban de presunciones sobre el comportamiento individual. Sin embargo la nueva macroeconomí a Keynesiana ha presentado generalmente modelos microeconó micos para fundamentar la teorí a macroeconó mica. Es importante comprender que varias escuelas de economí a no siempre está n en completa contraposició n de sus pares, incluso cuando a veces llegan a diferentes conclusiones. La macroeconomí a es un á rea en constante evolució n por la investigació n que se lleva a cabo. La meta de la investigació n econó mica no es tanto estar en lo correcto, sino ser preciso. Es muy probable que ninguna de las actuales escuelas econó micas capture perfectamente el funcionamiento total y real de la economí a. Aun así cada una contribuye con partes para comprender el todo. Cuando uno aprende má s sobre cada escuela econó mica, es posible combinar aspectos de cada una para alcanzar una sí ntesis informada.
18. Los modelos macroeconó micos La Macroeconomí a es un estudio de la economí a de un paí s (o de otro tipo de agregado de agentes econó micos, como podrí a ser una regió n de un paí s, o una zona que comprendiera varios paí ses, etcé tera) a partir de las relaciones econó micas que los agentes de ese paí s sostienen entre ellos y con el exterior. Dado que las relaciones econó micas posibles son muchas y muy complejas, se hacen supuestos simplificadores para ir estudiando a grandes rasgos lo que sucede con las distintas variables econó micas implicadas cuando se producen cambios en el entorno econó mico estudiado. Dependiendo de los supuestos que se hagan, de qué relaciones se consideren o no, de qué tipo de efectos transmitan estas relaciones, como se haga esa transmisió n, y de que se suponga qué valores del mundo real representan las variables utilizadas, se obtendrá n unos modelos u otros, de ahí que exista una gran variedad de modelos que predigan o expliquen cosas diferentes acerca del funcionamiento de la macroeconomí a. Generalmente, una escuela de pensamiento econó mico tiene asociados unos modelos porque esa escuela concede má s importancia a ciertas variables econó micas que a otras o supone que las relaciones de esas variables econó micas con el resto son de una naturaleza diferente. De ahí la diversidad de modelos. Por ejemplo, existe, en el modelo IS-LM, un caso en el que supone que la demanda de dinero no depende del tipo de interé s, sino só lo del nivel de renta (llamado modelo clá sico). Si considerara só lo este modelo (y no el caso má s general, en el que la demanda de dinero depende tanto del tipo de interé s como del nivel de renta), se creerí a que la polí tica fiscal no podrí a afectar, dentro del marco sugerido por el modelo IS-LM, al nivel de renta. Conviene tambié n destacar otro de los grandes modelos, el modelo de los precios rí gidos o de Keynes. Para superar estas limitaciones se intentan hacer modelos en los que se incluyan cada vez má s variables y se supongan relaciones de tipo má s gené rico entre ellas, pero tales modelos resultan cada vez má s difí ciles de estudiar, o de usar para predecir o explicar la economí a, que en el caso de las versiones má s simplificadas. Pero las versiones má s simples, por su misma naturaleza, tienden a fallar y a no prever sucesos econó micos o a predecir correctamente los valores que tomará n las variables econó micas. Un ejemplo tí pico es el de polí ticas monetarias que, en el pasado, se tomaban para reducir la inflació n: se pensaba que si se reducí a la oferta monetaria en un cierto nivel, el nivel de precios disminuirí a aproximadamente en un nivel previsto gracias a un modelo usado. Pero la mayor parte de las veces, no era la reducció n tanta como se habí a deseado por los responsables de la polí tica monetaria. Este dilema entre " modelos fá ciles", pero de poco alcance, y modelos difí ciles, ambiciosos pero poco manejables, es el problema de la ciencia econó mica, que se suele resumir en que " los economistas tienen gran facilidad para explicar el pasado, pero incapacidad para predecir el futuro".
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